jueves, 7 de mayo de 2009

Beso

.google.

No sé si es el calor, no sé si es todo el tiempo que llevo en celibato, pero me urge sentir el roce de la piel de alguien sobre la mía. Pero tampoco es cualquier piel aunque tampoco es alguna conocida, es una nueva, de suave textura y delicioso olor. Es esa que me invento en mis habituales noches de soledad cuando cierro los ojos e intento crear un nuevo rostro. Quiero acordarme qué se siente besar; la sensación de nervios en el estómago cuando las bocas a punto están de juntarse, cuando recorre un doloroso escalofrío por la espalda que se alivia con sólo sentir los labios ajenos entreabiertos, su humedad, su saliva, la calidez de su lengua explorando lugares nunca recorridos.

Tendré que darme otra ducha para calmar esta ansiedad que me invade…


1 comentario:

Amara dijo...

Hola, no quisiera abrir viejas heridas pero ya que tú nos abres tu corazón... ¿dónde quedó Zeta?
Que gusto que estés de vuelta.
Suerte con la ducha fría.